Texto elaborado por la Comisión Nacional de Áreas Naturales
Protegidas en la Península de Yucatán y el Caribe Mexicano.
El Arrecife Alacranes tiene una larga historia de actividades humanas que datan desde principios de la época colonial. Los primeros antecedentes son cartográficos y se extienden del siglo XVI al XIX. Durante mucho tiempo, fue punto de referencia para la navegación de cabotaje y apareció (por su peligrosidad) en la cartografía desde el siglo XVI (Pedro Mártir de Anglería, 1521).
En 1523, cuando Francisco de Garay fue nombrado gobernador y capitán general de la provincia de Pánuco, que estaba en poder de Hernán Cortés, se presentó un conflicto por su dominio. Con el fin de dirimirlo pacíficamente, De Garay solicitó la mediación del licenciado Alonso Suazo, quien entonces se hallaba en Santiago de Cuba, ciudad de la que había sido gobernador.
Suazo se puso en camino a Nueva España en enero de 1524, en época de ciclones. Una tormenta tropical sorprendió a la carabela en la que viajaba y la arrojó sobre el arrecife. Sobrevivieron al naufragio 47 personas, entre ellas Suazo. Se alimentaron de tortugas y aves y calmaron la sed con sangre de estas, pero, a causa de la ausencia de agua, la muerte continuaba menguando las filas de los náufragos.
Entonces, encontraron el vital líquido en otra isla, con el que se sostuvieron durante los 135 días que allí estuvieron hasta que un barco divisó a los sobrevivientes y fueron rescatados. Es por ello que Oviedo denomina el área como “Alacranes”, ya que es un animal que por su picadura representa peligro, sufrimiento y muerte.
Se trata de un conjunto de cinco pequeñas islas (Isla Pájaros o Blanca, Isla Chica, Isla Pérez, Isla Muertos o Desertora e Isla Desterrada) de origen coralino, localizadas en el Golfo de México, a una distancia aproximada de 140 kilómetros de la costa del municipio de Progreso, Yucatán. Es Puerto Progreso el principal punto de partida.
El Parque Nacional Arrecife Alacranes constituye un área natural protegida de gran importancia en nuestro país, ya que conforma la estructura coralina más grande del Golfo de México, así como el único arrecife descrito del estado de Yucatán.
El zócalo o meseta arrecifal tiene una extensión de 299.755 kilómetros cuadrados y presenta una forma semilunar con la parte convexa hacia el este, donde se encuentra la barrera. Su longitud máxima es de 26.79 kilómetros en sentido sureste-noroeste, su mayor anchura en dirección este-oeste es de 14.61 kilómetros. Fue decretado parque nacional el seis de junio de 1994.
En el medio arrecifal, se han registrado 34 especies de corales, de las cuales los antozoarios o abanicos de mar (Plexaura homomalla) y (Plexaurella dichotoma), así como los escleractinios, como el coral cuernos de venado (Acropora cervicornis) y el coral cuernos de alce (A. palmata), son considerados especies bajo protección especial. La importancia de los corales como fuente de productos bioquímicos (por ejemplo, antileucémicos o prostaglandinas) es reconocida.
En cuestión de peces, se han registrado 136 especies de teleósteos y 24 especies de tiburón, que tienen valor económico, ya que aportan importantes volúmenes a la industria de la entidad.
En el área, se alimentan cuatro especies de tortugas marinas consideradas como especies en peligro de extinción: tortuga carey (Eretmochelys imbricata), laúd (Dermochelys coriacea), caguama o cabezona (Caretta caretta) y blanca (Chelonia mydas). Sin embargo, la que predomina es la blanca.
Presenta también la mayor riqueza específica en fauna de moluscos en comparación con otras zonas del Caribe mexicano, con 49 bivalvos y 114 gasterópodos registrados en el área. De mamíferos marinos han sido registradas nueve especies, lo que indica que el sitio es un refugio potencial para ellos.
Las islas son áreas importantes para las colonias de anidación de varias especies de aves marinas, como Isla Pérez para la golondrina marina oscura (Sterna fuscata) y café (Anous stolidus). En Isla Muertos, se ubica la colonia del pájaro bobo enmascarado (Sula dactylatra) más grande del océano Atlántico, así como una colonia de anidación de la fragata (Fregata magnifiscens). El valor de las islas como sitios de reposo de aves migratorias es considerable por ser las únicas en las rutas de migración que pasan por el Golfo de México.
El Parque Nacional Arrecife Alacranes está regido por un programa de manejo, en el cual se prevén una zonificación y una subzonificación. Este es el instrumento técnico y dinámico de planeación utilizado en el manejo de las áreas naturales protegidas con el fin de ordenar detalladamente las zonas previamente establecidas mediante la declaratoria.
Asimismo, se determina —con base en las características biológicas, físicas y socioeconómicas del parque y su zona de influencia— su uso actual potencial y los propósitos de conservación planteados para el mismo.
Con la zonificación, se establecen las actividades permitidas y no permitidas para cada una de las zonas. Asimismo, se prevé un apartado denominado “Reglas Administrativas” a las que deberán sujetarse las actividades que se realicen en el parque nacional, de conformidad con las disposiciones jurídicas aplicables.
Debido a la distancia entre las islas y el continente y una afluencia irregular de visitantes —la capacidad de carga por día es de 111 personas—, los prestadores de servicios no tienen sitios específicos (marcados con boyas) para la realización de actividades de pesca deportiva y buceo, que son las principales atracciones turísticas.