María L. Rosado Castro
Maestra de Danza y promotora cultural.
Cada nación posee una identidad y, dentro de esta, coexisten diversas expresiones caracterizadas por las variantes lingüísticas, la gastronomía y los trajes típicos de cada región, estado o provincia. En algunos lugares, la indumentaria está definida por las tradiciones religiosas y sociales que indican desde el tipo de hilo, tela, colores y bordados a usar.
En nuestro país, caracterizado por una gran riqueza multicultural, los trajes típicos muchas veces reflejan el carácter y cosmovisión de quienes los portan con orgullo durante las celebraciones importantes, fiestas patronales o los bailables representativos, aunque también existe ropa que forma parte de la vestimenta cotidiana en las regiones indígenas rurales.
En Hola Tulum queremos honrar la diversidad y riqueza de los trajes propios de nuestra región, que muestran la creatividad y originalidad de las tres entidades que integran la Península de Yucatán, y para ello hemos solicitado el apoyo de especialistas que nos revelan el origen de cada indumentaria.
Traje Típico de Quintana Roo
Las primeras fotografías del traje de Quintana Roo aparecen en 1937 y Fabián Herrera Manzanilla, cronista de Chetumal, señala que el vestido fue diseñado por Doña Luz María Reguera (esposa del entonces gobernador, el Gral. Rafael E. Melgar) con la ayuda de un pintor de apellido Monterrubio, confeccionándose en la Cooperativa de Costureras de la ciudad de Chetumal.
Por su parte, el artista chetumaleño Eduardo Cobos Alcocer ofrece una versión diferente, a partir de una entrevista con doña Nohemí Medina quien le hizo saber que éste habia sido diseñado por don Víctor D. Salazar (entonces integrante del gabinete de gobierno) y que su elaboración estuvo en manos de doña Carmita Wejebe, propietaria de un taller de costura.
Al inicio, el traje típico incluía mantilla, blusa y amplia falda decorada con figuras tomadas del escudo del estado y bordadas sobre telas de que iban desde el palo de rosa, el amarillo y el verde turquesa, hasta el rojo. El varón se ataviaba con camisa y pantalón de algodón o mezclilla, sombrero, paliacates y machete.
Los trajes se transformaron en 2011, durante un cónclave de especialistas – convocado por la Secretaría Estatal de Cultura- y se retomó el diseño original con pocas adecuaciones al traje de la mujer; estableciendo el del varón con una filipina en color blanco con alforzas y grecas en deshilado, pantalón azul y botines negros.
En 2012 éstos trajes fueron reconocidos como parte del patrimonio cultural inmaterial de Quintana Roo, mediante un decreto publicado en el Diario Oficial del Congreso del Estado.
Indumentaria del Sarao Campechano
Durante la época Colonial los españoles trajeron sus festejos, música y bailes con los cuales trataron sustituir las danzas de los mayas; sin embargo, sus costumbres adquirieron una nueva fisonomía, dando origen a dos tipos de fiestas regionales: la Vaquería y el Sarao.
El traje típico de las campechanas es el resultado de la mezcla del hipil indígena y la moda española, y combina diferentes vestimentas que estrenaban las mujeres campechanas y las “crianzas” (jóvenes dedicadas a las labores del hogar consideradas parte de la familia) durante las cuatro celebraciones importantes del año: el Carnaval de Febrero, Fiestas de San Juan, las de San Román y las de la purísima Concepción.
Destacaban las blusas bordadas con punto de lomillo o de cruz en el cuello; mangas con hilo blanco con fondo negro, rematadas con un bordado de puntillo en forma de conchitas; un triángulo de ramazones y flores en el peto; y un fustán blanco de estribilla: también resaltaban joyas de filigrana de oro o coral; además de los rebozos. La falda era de brocado de seda china, con encajes valencianos, seda y moños con flores; botines y sandalias de piel o charol. Actualmente, la campechana porta trenza y se coloca un lazo primorosamente elaborado de color blanco, una peineta española y un tocado de flores pequeñas de color blanco.
El traje masculino consiste en filipina blanca (prenda de uso tradicional), ligera y amplia, confeccionada en dril, gabardina u otra tela más delgada, con abotonaduras de oro unidas por una delgada cadena en la parte de atrás; y un par de mancuernillas de oro o de plata sujetando los puños. Se acompaña con un pantalón de tela clara, con delgadas rayas de color azul. El calzado consiste en botines negros.
Traje de Mestizos Yucatecos
El traje de gala de la península de Yucatán es de origen mestizo y es uno de los más representativos de la región. Se usa en eventos importantes, sobre todo, para el tradicional baile de la Jarana.
El de la mujer recibe el nombre de terno, y está compuesto de una solapa (o jubón), huipil y el justán (o fustán) -pieza que simula un medio fondo y que va asomando por debajo del hipil-, que va profusamente bordado, principalmente en punto de cruz (Xocbichuy en lengua maya).
Cada una de estas piezas se remata con encaje bordado en tul, mismo que le da más elegancia, se acompaña con rebozo de bolita, rosarios de filigrana, cadena salomónica de dos vueltas y un colorido tocado de flores con moño en listón moaré.
El varón usa camisa de cuello -tipo filipino- con alforzas (que en otras épocas, incluía una abotonadura de oro en puños, cuello y cuerpo de la prenda), que se acompaña con pantalón blanco de corte recto, alpargatas hechas en vaqueta de cuero (“Xanab keuel” o alpargatas chillonas, en maya), así como de un paliacate rojo y sombrero de dos pedradas (que es como se denomina a dos leves hundimientos en la copa del mismo).